lunes, 21 de septiembre de 2015

Textos Ganadores. (5) Reto Anónimo: La Imagen

(5)RETO ANÓNIMO: LA IMAGEN

REVISTA SEMANAL DEL RETO
 


Texto Ganador en Prosa
(37 puntos)

 (Perfil de Facebook)

NO QUIERO MORIR CON LAS BOTAS PUESTAS
(Leer comentarios en el grupo Territorio de Escritores)

“Quiero morir con las botas puestas”. Cuando escuché esas palabras de la 
boca de mi madre tenía yo unos siete años. Automáticamente, bajé mí 
mirada y observé mis zapatitos de color blanco charol, de la primera 
comunión que tanto partido les había sacado. En realidad era la primera 
vez que realmente le prestaba atención a algo que llevaba puesto en mis 
pies.
Desencajada, subí la mirada y me encontré con una mamá fuerte, sacrificada, profesional, que me decía:
-“Sólo las luchadoras, las que tienen coraje, las que sacan a su familia sin ayuda, saben la importancia de un buen calzado y el honor que es morir con ellos puestos”.
Crecí como crecemos todas y tras ver que las generaciones de las mujeres de mí familia usaban los zapatos para lucir piernas, como bendita protección, de pudor por los feos, como un accesorio social y de reunión, como la bella armadura para el duro suelo exterior y por la sutileza de su comodidad extrema, comprendí que yo era distinta, llegando a ser apodada “la mujer de la suela de india”.
Ese era mi lenguaje interior, que incesantemente invitaba a los demás descalza y les llenaba de vida.
Salté por rocas, corrí por barrancos, rodé en la arena. 
Me entraron piedras, me picaron bichos y algún que otro cristal.
Hablé con mis dedos, pisé fuerte el césped y también acaricié el mar.
Me pinté las uñas, tatué de henna su estructura y…
Bailando descalzos mi amor, de puntillas… te pude llegar a besar de verdad….

Pilar Rodríguez


Texto Ganador en Verso
(46 puntos)

 (Perfil de Facebook)

UN SUELO DE ASFALTO Y MAR
(Leer comentarios en el grupo Territorio de Escritores)

Por mucho tiempo ha buscado
de su verdad el camino
Y el caprichoso destino,
travieso, se lo ha ocultado
Ni en la tierra, ni en el cielo,
ni en el mar, ni en la montaña,
a nadie la vista engaña
cuando el alma toma vuelo.
Si es que de volar se trata,
no necesita alas.
Exhibe sus regias galas
y con ellas se retrata.
Criticarán sin motivo,
mas verán y serán mudos,
pues solo unos pies desnudos
enfrentan ese camino.
Un suelo de asfalto y mar,
realidad y fantasía.
El viaje va a comenzar
y se llama “poesía”.

Pederzoli Lau

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