miércoles, 3 de febrero de 2016

Textos Ganadores. 41º Reto: ¿Que nos cuenta la lluvia?


REVISTA SEMANAL

Texto Ganador en Prosa
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Mansa, agobiante, pertinazmente sobre nuestras cabezas, calándonos hasta los huesos, atravesando la lluvia inmisericorde nuestras armaduras y empapando las ropas hasta hacerlas pesadas, adheridas a nuestros cuerpos que tiritan con un frio interno del que no nos libramos ni pegados a las llamas amigas de la fogata encendida en el cuerpo de guardia.
Llueve.
Lleva días haciéndolo. Todo huele a moho, a tierra mojada, a miedo…
No podemos movernos de la empalizada, los malditos salvajes, hijos del diablo, nos acosan constantemente, lanzándonos dardos y flechas que se clavan en nuestros cuerpos causando heridas que nadie puede curar y nos traen la muerte, emponzoñadas sin duda por alguna pócima embrujada que esos demonios poseen.
Nada pueden nuestros mosquetes, la pólvora humedecida falla y erramos los disparos que, a pesar de todo, tiramos sin tino contra las sombras que creemos ver moverse entre la densa maleza.
Llueve.
Apenas quedamos quince hombres medio sanos, el resto han muerto, incluso el joven franciscano que nos acompañaba y que, creyéndose poseído por una mística energía divina, enfebrecido por lo que dijo era una revelación del altísimo, salió del vallado llevado la cruz en alto dirigiéndose hacia la espesura seguro de obrar un milagro y de que los indígenas se postrarían ante la santa cruz. Desapareció engullido por la selva y la lluvia y sólo un grito desgarrador nos dio cuenta del resultado de su santa hazaña.
Llueve.
Pero hoy será el último día que tendremos que soportarlo. El alférez Rodrigo de Vera ha decidido que es el día y lo cierto es que todos los demás hemos coincidido. Ya no quedan alimentos, ni deseos de vivir, de luchar más contra las sombras. Hoy saldremos en busca de nuestro destino, en busca de esa muerte gloriosa con la que sueña todo soldado de las Españas. Nos hemos comido el miedo, ya no tenemos fuerzas ni deseos de continuar esperando una muerte lenta y silenciosa en estos pantanos olvidados de la Florida.
Llueve.
Y nuestras lágrimas se confunden con la lluvia mientras se abre el portón y salimos en tropel aferrados a nuestras armas…
Llueve…

Josep Ferrá


Texto Ganador en Verso

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Sigue lloviendo y este pozo no se llena;
es tan hondo… como mi pena
o quizás no tiene fondo y por eso no lo vea.

Me oprime el pecho, me encoge el alma,
arruga mis alas y me deja a merced del viento
o en la tormenta, quieta y varada.

Espero oír truenos de voces, que no hablan;
el abrazo de una manos que no se alzan, 
que no sacuden mi cuerpo como un rayo
ni palmean, cual relámpagos, mi espalda.

Espero unos dedos que paseen lentos por mi cara
pero sólo noto el río caliente de unas lágrimas.

Sigue lloviendo… pero mi sequía es tanta…
Se acercan otras ánimas a mi ventana
pero me siento sorda y desamparada,
en este mundo, diluvio de palabras,
sinceras y consoladoras unas, 
otras… falsas y protocolarias.

Y yo espero gestos, bálsamos que calman,
que sea tu cuerpo mi paraguas.

Sigue lloviendo, mi cara está mojada.
Escribo en la tierra enfangada:
<Adiós caricias en la sala de espera
de mis manos cerradas;
adiós labios entreabiertos con hálito de esperanza;
adiós noches acortadas 
y despertar sereno al sur de tu mirada;
adiós arca de Noé que surcas, 
desconozco tu destino como ignoro el mío>

Sigue lloviendo y el pozo está vacío…

Ina Molina Pérez

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